Planteamos por costumbre forjar una estabilidad que nos permita continuar hacia adelante, que las cosas nunca cambien, que todo cuanto nos rodea siga estático, es decir; con un aspecto no amenazador para nosotros mismos.
El cambio resulta abrumador, cuando nuestra perspectiva de armonía
resultaba tan convincente, tan real.
Pero.. ¿que es sino la vida? una sucesión frenética de situaciones, cambios predecibles y cambios repentinos, cambios; los que pueden denotar una mejora o un empeoramiento en nuestra situación; nuestra costumbre es aferrarnos a los positivos, para nosotros resultan mas enriquecedores,son alicientes para continuar.
Por razones que nunca entendemos, a veces llaman a nuestra puerta los invitados negativos, aquellos sucios y rastreros que huelen mal, los que queremos que se esfumen a toda costa.
Aunque sea un pensamiento utópico en mi persona, este tipo de invitados son los que nos ayuda a determinar quienes somos, cuanto somos capaz de soportar y cual va a ser nuestra transformación; ¿quienes vamos a ser después?, ¿personas mas fuertes? ¿personas desgraciadas?.
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