Charlas eternas sobre aquello que nos mantiene con un sentido en el sendero.
Diálogos sin desenlace intentando dar significado a lo que nos mantiene unidos al entorno y a lo que acciona nuestra conducta.
No hay lógica establecida, solo nuestras propias experiencias; las cuales conforman nuestras teorías sobre lo que nuestros ojos y oídos capturan.
No existe un único punto de mira, sino múltiples, los cuales están repletos de matices y sonidos que a veces no logramos comprender enteramente.
La falta de conocimiento o capacidad de captar la esencia de estos no implica que estos matices no sean merecedores de atención o esfuerzo por nuestra parte para ser parcial o completamente descifrados.
Cada humano carga una maleta con contenidos e historias diferentes que le hacen crear su propio esquema de raciocinio sobre su entorno, a veces no existe lo correcto o lo incorrecto; solo diferentes tonalidades cargadas de energía que regulan nuestro estado anímico y que concuerdan con esa huella de eventos que han conformado nuestra esencia actual.
