Caminamos en la misma dirección durante esos años colmados de intensas emociones, andamos de la mano y amortiguamos cada uno de nuestros tropiezos entre  tardes de cafes y noches de cerveza, nuestras noches amenas; llenas de palabras que atravesaban en rumor toda las avenidas de nuestra fría  y silenciosa ciudad.

Me enseñaste a mirar la cara mas fría y oscura de mis entrañas con pura indiferencia, juntos aprendimos que la normalidad no existe , que todo cuanto este mundo absurdo nos enseño era pura mentira, inseguridad y miedo a lo desconocido.

Juntos aprendimos a crecer en el puro sentido de la  cordura dentro de aquella locura aparente para todas aquellas personas que nos observaban desde el exterior.

Crees en el amor y luchas por mantenerlo a flote cueste lo que cueste.. y sabes que las ilusiones son de cristal pero también tienes la certeza de que cuando estas se rompen es posible reconstruirlas desde el mas ínfimo pedazo.

Siempre admire esa parte de ti, esa parte llamada valentía.

Empatía

Comencé odiando a todos aquellos que me rodeaban, todos los que yo creía responsables de mi angustia; nadie merecía mi respeto y  todo cuanto yo creía era que nadie actuaba como debería,nadie actuaba de una forma correcta. 

No existe ninguna norma que determine  cual es el  camino correcto o incorrecto en determinadas situaciones, en todas aquellas en las que  la razón, el corazón y el miedo enfrentan un conflicto. 

Ninguna de ellas quiere ser derrotada; la logicidad establecida en la forma de actuación y resultado es determinada por la falta de claridad  y  el deseo frenético de buscar una solución a toda esa angustia causada por todos esos factores que no son capaces de encontrar una armonía entre ellos. 

Supongo que la rabia y la ira son  sentimientos normales.. que todos ellos forman parte de un sistema de defensa sin el cual  no seriamos capaz de salir hacia adelante; jamas lucharíamos por conseguir lo que consideramos que necesario en nuestra vida . La problemática viene dada cuando la rabia y la ira son  compatibles con la  interpretación  que hemos dado a esa conducta efectuada por aquella persona que ha interferido negativamente en tu camino. 

A veces no existe el daño causado por una persona ajena. A veces simplemente  solo existe el daño que nosotros mismos nos infringimos por no querer aceptar. 

Respeta todas aquellas diferencias entre tu y los que te rodean  y aprenderás a respetarte a ti mismo.