domingo, 20 de enero de 2013

Quizás..

Quizás ciertos avances sean catastróficos, tal vez la destrucción del cerebro.
La robotización de la sociedad.
Un conjunto de rostros con una sonrisa estandarizada.
Sonrisa que mismamente podía ser "la Zoloft" o "la prozac".. ( No pretendo hacer publicidad de ninguna multinacional farmacéutica).
Es triste como se puede modificar la psique con camisas de fuerza químicas..
¿Es triste?
Quizás para algunas personas; por desgracia, los químicos sean la solución.

La solución de su cruda existencia, la de sus personalidades esencialmente depresivas.
Ojala que muchos males serian químicos , realmente no nos esforzaríamos por sentir la vida con todas sus manifestaciones.

A veces, puede que erróneamente ,  establezco una analogía entre lo que una droga psiquiátrica nos puede permitir hacer sin mucho esfuerzo para cambiar esas zonas erróneas de nuestra personalidad y las actividades cotidianas realizadas por personas, que son remplazadas por maquinas, es decir; aquellas tecnologías que nos permiten hacer las cosas con mayor facilidad.Un ejemplo podría ser, sin ir mas lejos, la forma de escribir; podemos exponer un texto con un bolígrafo en un papel convencional, y podemos hacerlo en un equipo. Es obvio que el esfuerzo físico será mayor haciéndolo con nuestro bolígrafo, en cambio con el teclado tenemos mas movilidad y menos agarrotamiento en los dedos.. pero los resultados al escribir manualmente implican una mejora y menor atrofio cerebral; según exponen ciertos neurólogos:  "Al escribir con bolígrafo utilizamos mucho más el cerebro que cuando usamos el teclado del ordenador".

Lo mismo ocurre con los psicotropos, realmente no estamos cambiando nuestra conducta, puede que en cierta modo estemos funcionando mediante un estado anímico  artificialmente inducido, el cual  desaparecerá en cuanto abandonemos esas muletas químicas

En conclusión, creo que si esta situación sanitaria tan radical continua manifestándose,  la continuación de la existencia de algunas personas se limitará a tomar esa molécula que regule sus neurotransmisores. Quien nos dejaría continuar, seria una simple pastilla por las mañanas:  llámalo vitamina, droga, fármaco, valentía, despreocupación, alegría.... Esa dosis de madurez y lucidez que a veces no encontramos por nuestra cuenta. 





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