La vida ,aquella que llega a nosotros como un rayo de esperanza. Un halo de luz que nos hace ver, escuchar todo aquello que nos rodea.Adaptarse , lo único que nos queda para seguir conservándola. En los momentos mas hostiles, miserables... todo cuanto podemos avanzar (Salir de una situación precaria) viene inducido en nuestro ser, es decir, integrado en nuestra alma; aquellas herramientas personales para no hundirse en la desesperación. Una de las pruebas de adaptación, son las dimensiones laborales, que algunas personas pueden desempeñar sin permitir limites.Ya sean Jornaleros, arrieros, madereros, camioneros u hosteleros. Todo ello permite a las personas que así lo consideran , obtener beneficios que irán a parar directamente a sus descendientes, porque lo mas importante para los mismos; no es su supervivencia, sino, la de sus congéneres. La constante lucha, su incesante respiración por ese apego al terreno que pisamos, ese duro abrazo protector motivado por un ansia de dar lo mejor de si mismo ante la adversidad.
Otras personas se limitan y aun así ; siempre en continua expansión y crecimiento personal; con cualidades afectivas insuperables: a querer sin pedir nada a cambio y a perdonar errores, centrándose siempre en lo positivo que pueda brillar en cualquier persona.
La realidad es que por mucho que lo intentemos , el apego a la vida disminuye a medida que nuestra salud se va deteriorando.
Cuando el primer despiste ,sin darle importancia, va transformándose en incapacidad absoluta.Cuando un lapsus cerebral inmoviliza tu parte izquierda y moviliza a los seres que se encuentran a tu alrededor.
Toda la ayuda y el cariño que habéis sembrado, lo habéis recogido. Por desgracia algunos no pueden percibirlo, y otros en sus momentos de lucidez esperan pacientes el final; agradecidos y en estado de alerta, asegurándose que las relaciones entre aquellos a los que ha ayudado recíprocamente, sigan vivas y rebosantes de cariño.
La vida es fugaz, pero intensa,si sabes como.....
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