miércoles, 22 de abril de 2015

Coraje

Construyo en mí la necesidad de disiparlo; de luchar contra él, de saber que existía vida después de atravesar sus fronteras.

Opresivo y desafiante; es capaz de desactivar completamente nuestras defensas y  hacer que olvidemos los propósitos que propiciaron su aparición, entonces quizás ya no seremos participes de nuestro propio control, solo existirá la necesidad impetuosa de escapar hacia un lugar seguro.

Tras la huida; sentimos un grado de seguridad ficticio, ¿alivio? , quizás.  En este caso, aún  no regresó nuestro propio control, quedó retenido por el contrincante y no será liberado hasta que seamos capaces de lograr hacerle frente.

Aunque es preciso advertir que es erróneo el pensar que jamas volverá; que este ya no existe .

Es obvio que las batallas son continuas y la paz eterna no existe, en eso consiste vivir; en asumir que la lucha es diaria y el esfuerzo proporcional a cada una de esas perspectivas que creemos nos situara en el avance de nuestra personalidad, de nuestra vida; despídete de tus fantasmas. Es hora de vivir.

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