sábado, 4 de octubre de 2014

Potencia

La felicidad y su búsqueda; siempre nos han inculcado que la felicidad es la mera y continua búsqueda; un objetivo cercano o lejano; es el único que nos mantiene erguidos hacia la continuidad; eso ha sido una enseñanza que causó una comprensión difusa en nosotros; que marco una neurosis de desesperación desenfrenada en nuestra pequeña mente. 
La frustración siempre fue la otra punta de los propósitos; si hemos sido capaces de conseguir nuestro objetivo, todo es felicidad y fuerza para continuar en busca de otros nuevos. Pero si lo único que hemos hallado a sido nuestro fallo; entonces ya nada importa; somos un fracaso y ya no merece la pena intentar u afrontar otro nuevo reto ; iremos dando tumbos y rumiando esa propia decepción; hasta que lleguemos al fondo o lucidez ; en la cuál somos conscientes del  tiempo que hemos perdido; nos lamentaremos nuevamente y lloraremos por haber llorado; eso nos mermará aún más y si;aun estamos a tiempo de salvarnos ; de salir adelante; pero ya no volveremos al previo propósito, nos conformaremos con algo menos ambicioso, menos gratificante ; menos nuestro, menos de  nuestro ser . 

Cae, levanta, vuelve a caer, vuelve a levantarte ; pero si puedes, jamás te conformes con una versión reducida de ti mismo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario