Hacer un mundo de un grano de arena, es habitual e incontrolable, muchas veces no somos conscientes de que nuestro pensamiento se vuelve contra nosotros y nos amordaza continuamente, nos impide volar, quizás mañana vaya a ser un día perfecto, pero nuestra tendencia es la de ver a un monstruo que nos maldice por cada rincón, nos vigila atentamente y nos niega la libertad con su gesto atemorizante.
La verdad es que me duele, me duele que este pensamiento se haya cebado conmigo,se haya alimentado de mi miedo y finalmente reine de nuevo en mi interior, miro hacia atrás y pienso ¿cuando fue el momento en el que empece a ser feliz? quizás fue cuando el medico extendió la receta de escitalopram en mis manos, quizás ni siquiera habría hecho falta que mi estomago pesase durante los primeros días de tratamiento, quizás no hubiese sido necesario cambiar a la duloxetina cuando arpe mis brazos en un momento de pura desesperación, quizás la sertralina no me habría hecho recuperarme cuando el síndrome de rebote de la duloxetina llamo a mi puerta.... quizás si hubiese asumido que la vida es así antes de comenzar con mis continuas neurosis , me habría librado de tanta inestabilidad.
Así es la vida, frase que no cobra sentido para ti mismo hasta que se la oyes recitar a una niña de 7 años.
La cuál ,atribuye lo dicho a elegir entre un plato de lentejas o no comer.
En fin... lo tomas o lo dejas.
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