sábado, 14 de septiembre de 2013


La capacidad de poder discernir tus pensamientos y ceñirlos a la realidad es, sin duda, la luz tenue que alumbra el túnel para poder salir de tu estado casi comatoso. 


En ciertas etapas de mi vida ni siquiera he sido capaz de ver lo que es vivir en realidad, todo es un absoluto sin sentido al que por mas que buscas una razón de ser, no la encuentras, quizás no quieras mirar; quizás quieras desaparecer y no asumir que hay cosas que no podemos cambiar de nosotros mismos, que la única manera de avanzar es mediante la aceptación personal.

Me gustaría en muchas ocasiones poder sentir un dolor palpable, un dolor con una razón de bulto suficiente como para tener estos miserables pensamientos: esta dinámica del miedo. 

Me gustaría...... ¡por dios!, ser una persona real y no un cumulo de apariencias enfermizas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario