Susurros que el chaval se cuestionaba en soledad; nunca obtuvo respuestas, solo más preguntas ; es la dinámica de lo absurdo, del mero desconocedor de si mismo.
El sentido huyo y los rostros se hundieron en el asfalto decrepito que pisamos todas las mañanas con el frío, ese que arrece nuestro corazón.
Helado así es como se siente el perdido; como la ausencia nos penetra y como el dolor causa confusión;cuando no consigues ver sus pies.
Correr hacia otro extremo puede evitarse, pero dejar que algo de lo que huyes te atrape; supone una presión más potente y agobiante , que el propio jadeo de ti mismo al no poder ni tan siquiera escucharte.
Parece que escapar no solo es propio de los presos, sino también; de los que algún día pensaron que iban ha sucumbir por los golpes del pasado.
Que bien escribes ^^ muy chuliii
ResponderEliminarGracias Jesy! ;)
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