La realidad; no se deforma, no cambia ni se altera como arcilla que moldeamos a nuestro criterio.
A veces áspera, amarga , dolorosa y difícil de mirar; otras : brillante, armoniosa, eufórica; cargada de vida y con colores tan intensos que son capaces incluso de transmitirnos inquietud.
Integrado sin querer despedirse en el momento adecuado; restando energías para reconciliarse con sus "atacantes", con uno mismo.
Eliminar el lazo que nos une a los recuerdos, a las palabras que un día aterrizaron en las mentes que no sabían ni lograban encajarlas y que solo hicieron desbordar los gritos de las sombras que nunca abandonan.
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