Escapé de tus garras y olvide tu mirada cuando comencé a cansarme de morir; olvidé el suspiro de la monótona niebla posada en mi cabeza impidiéndome deslizarme por esto que llamamos día a día; sentí la necesidad de volar y lo intenté con todas mis fuerzas; por fin podía notar el viento en mi cara golpeando con tanta energía que apenas me permitía sentir aquel nuevo acecho entre el placer.
Ahora vuelves a formar parte de mis días; con una nueva intensidad y afán por restarme energía; ni siquiera entiendo porque en este momento, ni siquiera puedo aun creer que sigas existiendo, aprovechas aquel reflujo de energía para atacar; pero mi alma es nueva y antiguo tu pesar; bienvenida de nuevo vieja amiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario