Perdido en la inmensidad de las emociones sin sentido que abren abismos de locura en mi psique; no siento,
no pienso; solo se que mi mente se ha aflojado. Se ha despedido de mi razón y de vuelta nado con la desesperación más vil. No siento, no vuelo, no amo.
Entre los cristales y azulejos fragmentados me hallo, incapaz de mirar; incapaz de murmurar una palabra que aliente y sosiegue esta cruz que ya no quiero volver a sentir.
Soy presa del dolor; de los recuerdos; de todas aquellas percepciones que nunca debieron resurgir; me encuentro incapaz de comprender y un nefasto océano de olas revueltas me quiere consumir.
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