Comencé odiando a todos aquellos que me rodeaban, todos los que yo creía responsables de mi angustia; nadie merecía mi respeto y todo cuanto yo creía era que nadie actuaba como debería,nadie actuaba de una forma correcta.
No existe ninguna norma que determine cual es el camino correcto o incorrecto en determinadas situaciones, en todas aquellas en las que la razón, el corazón y el miedo enfrentan un conflicto.
Ninguna de ellas quiere ser derrotada; la logicidad establecida en la forma de actuación y resultado es determinada por la falta de claridad y el deseo frenético de buscar una solución a toda esa angustia causada por todos esos factores que no son capaces de encontrar una armonía entre ellos.
Supongo que la rabia y la ira son sentimientos normales.. que todos ellos forman parte de un sistema de defensa sin el cual no seriamos capaz de salir hacia adelante; jamas lucharíamos por conseguir lo que consideramos que necesario en nuestra vida . La problemática viene dada cuando la rabia y la ira son compatibles con la interpretación que hemos dado a esa conducta efectuada por aquella persona que ha interferido negativamente en tu camino.
A veces no existe el daño causado por una persona ajena. A veces simplemente solo existe el daño que nosotros mismos nos infringimos por no querer aceptar.
Respeta todas aquellas diferencias entre tu y los que te rodean y aprenderás a respetarte a ti mismo.