Lo sientes en tus venas cada uno de tus días; levemente la tristeza roza tu corazón, la rabia es menor cada vez y ya apenas suele inundar tu conciencia. El tiempo nunca se detiene y la velocidad con la que este transcurre es vertiginosa , no es la misma que adquieren tus heridas para cicatrizar y a veces miras hacia atrás y tienes la sensación de que el tiempo no ha pasado desde aquel día en el que todo tu mundo vibró y cambio para siempre.
Aquella mañana, temblando; mis manos te sostuvieron, mi mirada en un principio incrédula continuó reflejando una mezcla de diferentes estados entre los que destacaban el terror, el pánico, desconcierto y desolación. No todo murió en ese instante; simplemente se escribieron las primeras palabras de un nuevo capitulo;solo una nueva fase de todas esas que componen una vida.